Se conformó la junta promotora de Unión Por Todos en el distrito de Lanús.
La misma sera presidida por el Sr. Dante Sosa y lo acompañaran:
Ángela Ferreyra,
Susana Armignaca,
Marta Grasse,
Dario Silvestre,
Edgardo Carrizo,
y Adriana Uria.
Nito Barboza
Mesa seccional Unión Por Todos.
Marta Carraro
Mesa provincial Unión Por Todos.
viernes, 31 de octubre de 2008
miércoles, 22 de octubre de 2008
NUESTRA HISTORIA
Unión por Todos nació como partido político para dar respuesta al uso y abuso del poder realizado desde la manipulación que comienza a practicarse en los partidos tradicionales, es decir, a la muerte del auténtico sistema institucional democrático, como también de la necesidad de interpretar nuevas expresiones ciudadanas que no encuentran en las viejas formulas un espacio de representación.Los primeros adherentes se incorporaron en 1997 cuando Patricia Bullrich, su fundadora, decidió organizar un lugar alternativo a la lógica del poder que había combatido durante su historia política, situación que la llevó a alejarse del aparato justicialista.Fue así que en ese año Patricia Bullrich decidió sentar las bases de Unión por Todos.Desde 1997 hasta febrero de 1999 Unión por Todos participó como un equipo de trabajo organizado alrededor del estudio y la investigación de algunos temas, especialmente la cuestión de la seguridad ciudadana, profundamente ligada a la inseguridad jurídica y al aparato político que comprometió a todas las instituciones de la democracia.En febrero de 1999 el pequeño grupo que conformaba Unión por Todos fue convocado para integrar la ALIANZA, que se vislumbraba como un espacio de transformación y transparencia en el marco de una sociedad que vivía la ansiedad de un cambio con una fuerte movilización social. Un acto público selló este acercamiento.Patricia Bullrich ocupó tres cargos relevantes durante la gestión de la ALIANZA: en la Secretaría de Politica Criminal y Asuntos Penitenciarios, en el Ministerio de Trabajo de la Nación, desde donde luchó contra el corporativismo capitalista sindical, y en el Ministerio de Seguridad Social de la Nación. . Fueron gestiones de lucha y compromiso, de proyectos innovadores y valientes.Durante el tiempo en que actuó como funcionaria, Patricia Bullrich consideró necesario trabajar en la gestión dedicándole todo su esfuerzo. Trabajar por la gente y no para el poder fue la consigna.Así lo percibió la ciudadanía, que vio en esa gestión un germen de lo nuevo, y por ello del masivo reconocimiento público a su trabajo comenzó a gestarse la segunda refundación de Unión por Todos.Los conceptos de transparencia y austeridad, de seriedad y compromiso, sumados a la decisión de cambio fueron los valores detentados por Patricia Bullrich, que permitieron que muchos ciudadanos se acercaran a ella para buscar un espacio de renovación durante la crisis del 2001.En septiembre de ese año nació "Ahora Argentina", una organización no gubernamental que actualmente acompaña la actividad de Unión por Todos y que ha logrado organizar una Escuela de Gobierno, una red solidaria, y actividades de capacitación y de formación política. Su origen estuvo íntimamente ligado a la necesidad de conformar un espacio alternativo en función de la ineptitud de los partidos tradicionales para representar nuevas expresiones emanadas de nuevas necesidades.Fue por eso que "Ahora Argentina" nació centrada en la necesidad de trabajar por la Reforma Política toda vez que el sistema estaba totalmente agotado. El primer acto de "Ahora Argentina" se realizó el 30 de septiembre de 2001 en el Hotel Castelar de la Ciudad de Buenos Aires. Patricia Bullrich, por esos días Ministra de Trabajo, había generado uno de los hitos más importantes al exigirle a los dirigentes sindicales las declaraciones juradas de bienes, acto que implicaba un fuerte compromiso con la ciudadanía para transparentar uno de los sectores más corruptos de la vida argentina. El 19 de diciembre de 2001, en plena crisis política, se realizó el segundo acto de "Ahora Argentina" en la cancha de Atlanta, en el barrio porteño de Villa Crespo. El gobierno estaba llegando a su fin, dos días después Fernando de la Rúa abandonó el gobierno y cinco Presidentes se sucedieron en días generando una de las crisis institucionales más serias que ha vivido la República. Desde ese momento hasta ahora miles de ciudadanos decidieron participar en este espacio político y social.El acto del "Panamericano" en marzo del 2002 lanzó definitivamente al espacio político social y cultural como uno de los lugares donde se comenzaba a construir el cambio en la Argentina. Esta fecha se ha considerado el verdadero momento del nacimiento de Unión por Todos ya que el período de crisis profunda por la que atravesó el país fue a la vez el momento del nacimiento social donde miles de ciudadanos se sintieron llamados a construir esta nueva propuesta.Por ello el 6 de marzo de 2002 se considera la fecha de nacimiento y se festejará el cumpleaños de Unión por Todos.Su primera sede estuvo ubicada en Julio A Roca 751, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En el 2003 se trasladó hasta su emplazamiento actual de Avenida de Mayo 953 3 er. Piso de la misma ciudad, donde funciona el partido, la Escuela de Gobierno y la red solidaria.Pasadas las peores escenas de la crisis de finales de 2001 y principios del 2002 comenzó a vislumbrarse que el aparato político conformado por la Unión Cívica Radical y el Partido Justicialista estaba decidido a boicotear todo tipo de reforma política, razón por la cual las reformas anheladas no llegaron con tanta facilidad.Para participar de las elecciones hubo que constituirse como partido político. Se decidió entonces retomar el trabajo realizado en 1997 y volver a darle vida a Unión por Todos. La justicia electoral permitió continuar con el proceso de organización.Con el esfuerzo mancomunado de todos se logró en agosto del 2003 el reconocimiento definitivo de Unión por Todos en la Ciudad de Buenos Aires, con más de 4000 afiliados. Unión por Todos se constituyó en la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba , Mendoza, Santa Fe, Tucumán, Neuquén y Tierra del fuego y con grupos extendidos en la Provincia de Buenos Aires, Chubut , La Pampa y Entre Ríos.Unión por Todos se presentó en la ciudad de Buenos Aires en las elecciones del 24 de agosto de 2003 conformando la coalición Unión para Recrear Buenos Aires, oportunidad en la que se obtuvo el 10 por ciento de los sufragios. Participó también de las elecciones en las provincias de Santa Fe y Tierra del Fuego. En este camino, algunos de los legisladores, que habían sido electos para representar los principios y valores de Unión por Todos, dando muestras de su escasa solvencia moral, se alejaron de ellos traicionando a sus electores y al esfuerzo de todo el partido.Así, a pesar de los momentos difíciles, Unión por Todos realizó una tarea enorme para consolidar su ideario y su programa de gobierno con la participación de cientos de ciudadanos que trabajaron para lograrlo.Unión por todos se constituyó de esta forma como un partido de propuestas renovadoras, con la ética como principio irrenunciable y la prevalencia del bien común en su lucha contra un esquema político corporativo.Unión por Todos trabajó y trabaja para reconstruir las bases institucionales de una Nación democrática ciudadana. Esta memoria es sólo la rememoración que ayuda a crear un porvenir digno de la ciudadanía responsable de su libertad y poder creador, buscando construirse sobre bases sólidas que le permitan generar confianza en la sociedad. Durante noviembre del 2003 se realizaron en la Ciudad de Buenos Aires las primeras elecciones internas de Unión por Todos bajo un sistema uninominal, donde se eligieron convencionales, Junta de Gobierno y Juntas de Participación. También se avanzó en la constitución del partido en la Provincia de Buenos Aires y se mantuvieron los equipos de trabajo en varias de las provincias argentinas.El año 2004 fue un año de consolidación, logrando comenzar a relacionar a Unión por Todos con la comunidad nacional e internacional, realizando la tarea de control que la ciudadanía nos había encomendado a través de equipos técnicos que realizaron el seguimiento del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El año 2005 Unión por Todos decidió democráticamente concurrir a las elecciones con la impronta partidaria, ya que creíamos necesario hacer conocer la propuesta a la ciudadanía. También dimos nuestros primeros pasos para ser reconocidos como partido político en la provincia de Buenos Aires, y con esfuerzo lo logramos. Desarrollamos también una amplia política de capacitación de la dirigencia y la ciudadanía.Durante el año 2006 seguimos creciendo, seguimos formando ciudadanos y trabajamos para comenzar a madurar un dialogo con fuerzas políticas y sociales, una cantidad de seminarios, de trabajos técnicos, de viajes institucionales de relación política, un curso para los dirigentes que se presentarán a la nueva división política de la Ciudad de Buenos Aires, trabajos metodológicos para la búsqueda de acuerdos y consensos y la renovación del contacto ciudadano a través de nuevos medios de difusión y comunicación, con nuestra página Web y el primer canal político de América Latina conforman las bases del esfuerzo realizado, además seguimos trabajando con nuestra red solidaria para dar respuestas a la comunidad abandonada. Unión por Todos sigue el camino de su crecimiento con credibilidad. Hoy Unión por Todos es un partido institucionalizado en la Ciudad de Buenos Aires y en la provincia de Buenos Aires con sus Juntas de Gobierno funcionando semanal y quincenalmente con la presencia de los Presidentes de los barrios y distritos, con sus Tribunales de Ética y Disciplina, sus Tribunales de Cuentas para controlar la financiación legítima del partido, sus Juntas electorales, sus Convenciones y sus trabajos sectoriales desde la juventud hasta la tercera edad. Unión por Todos trabaja para construir una dirigencia apta, responsable, conocedora de la realidad del país y su gente, éticamente irreprochable y con las ideas claras sobre una Argentina digna de ser vivida, pero también para desarrollar una auténtica ciudadanía, consciente de sus derechos, que no quede cautiva de las manipulaciones de la hegemonía del poder sin instituciones independientes.Un país con sólidas instituciones, con un profundo respeto por la ley como requisito mínimo para generar confianza y coexistencia creadora. Una Argentina pujante, de la que se pueda estar orgullosos por su dinamismo para crecer equitativamente con la participación de todos y para todos. Una Argentina con un federalismo auténtico, que promueva el desarrollo de las distintas regiones del territorio; una Argentina educada, que provea igualdad de oportunidades a todos sus ciudadanos. Una sociedad donde no exista la marginalidad sistémica y donde las diferencias socio-económicas y culturales se reduzcan sustancialmente. Una sociedad más solidaria, no sólo entre los grupos sociales sino también entre las regiones del país, vale decir una democracia de base social real. Pero además, una sociedad vibrante, con profundos valores de convivencia, de comportamiento y proyección hacia el futuro. Una sociedad que ofrezca un porvenir legítimo a todos los que confían en sus valores, que no los defraude y fomente la complicidad de los escépticos desesperados. Una sociedad tal que permita que el país se integre decididamente al mundo gracias a la calidad de sus instituciones, es decir, gracias a no ser traicionadas por las ambiciones de poder de los propios, al empuje de sus empresas no proteccionistas, que obtienen prebendas del Estado por su complicidad. Un país con sentimiento auténtico y solidario de su identificación social de todos. Para ello se requieren dirigentes que sean auténticos representante de la ciudadanía. Unión por Todos es un partido que trabaja para el ciudadano y para que la política recupere su sentido trascendente y creativo de valores sociales. Esta es una epopeya que recién comienza. Unión por Todos realizará la historia del progreso y la felicidad de los argentinos, a través de las convicciones de todos. Nos unimos para mejorar la vida de todos este es el compromiso de Unión por Todos, y se puede, claro que se puede.
DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS COALICIÓN CÍVICA
Ante la degradación de las condiciones de la vida pública y privada en la Argentina, la irresponsable destrucción de la República, la apropiación y vaciamiento del Estado, la continuidad de la corrupción, la ininterrumpida concentración del ingreso y la perpetuación de un país intolerablemente injusto y cada vez más violento, ésta COALICIÓN CÍVICA se propone como un espacio plural de participación y consenso que supere la mera oposición al oficialismo y sea capaz de generar las condiciones político-institucionales para un nuevo país socialmente cohesionado, económicamente avanzado e inteligentemente integrado al mundo.
Ética, República y distribución del ingreso son nuestros principios. Una ética entendida no sólo como lucha contra la corrupción sino como un contrato moral que comprometa a los argentinos contra las corporaciones que controlan la vida nacional, contra las matrices mafiosas que se han apropiado del estado y contra las prácticas clientelistas que erosionan la democracia y la justicia y quitan a los ciudadanos no sólo sus derechos sino su autonomía y dignidad. Una República entendida no solamente como movimiento abstracto de los mecanismos institucionales sino como garantía de poderes estatales responsables ante los ciudadanos y de una democracia sustantiva, basada en la representación y la participación y no en la delegación. Una distribución del ingreso que sea real y no sólo discursiva, que incluya el acceso a la educación y a la cultura y no dependa del asistencialismo clientelista sino que se base en los derechos universales de los ciudadanos y del pleno empleo de sus capacidades en el contexto de la sociedad del conocimiento y la información.
Ética, República y Distribución del ingreso son valores que no pueden ser alcanzados bajo los modelos de país ya fracasados. Para hacerlos realidad, es necesario un nuevo paradigma de desarrollo económico-social. Por eso no estamos por una versión más prolija del presente modelo autoritario y patrimonialista que traiga más de lo mismo, sino por un nuevo paradigma que supere las antinomias (campo o industria, autoritarismo o democracia, distribución o crecimiento, neoliberalismo o neopopulismo corporativo, setentas o noventas, república o justicia social) que durante la segunda mitad del siglo XX han llevado al fracaso a una nación escasamente poblada, educativamente avanzada y en la que abundan los recursos naturales. De los laberintos creados por las antinomias del pasado se sale por arriba, entrando de una buena vez al siglo XXI en el que la riqueza se produce y se distribuye de acuerdo a nuevos procesos y estructuras, tan lejanos de la devastación del territorio y la mentalidad extractiva como de la explotación del trabajo manual en una cadena de producción industrial.
La Argentina tiene excelentes ventajas comparativas en este terreno, el del futuro: el uso de un idioma que es el segundo más hablado del mundo, una apreciable capacidad creativa y de innovación de sus habitantes, numerosos núcleos de desarrollo tecnológico sobrevivientes a las debacles causadas por el sistema político, una tradición de excelencia en biotecnología, principal campo de desarrollo de la revolución científica, y un nivel cultural todavía elevado a pesar del maltrato al que ha sido sometida la educación en el país. Si los argentinos lográramos aplicar nuestra capacidad para generar información, conocimientos, emociones, diversidad cultural y comunicación a todas las ramas de la actividad económica y social -como han hecho hasta ahora sólo unos pocos sectores- el resultado sería una explosión de desarrollo económico y progreso social y no el vulnerable crecimiento sin mejora del perfil social y productivo al que asistimos hoy.
La COALICIÓN CÍVICA se expresa también a favor de la superación de la falsa opción entre las relaciones carnales y el aislamiento internacional.
Creemos profundamente en las enormes posibilidades que para sus habitantes puede abrir una Sudamérica orientada al mundo y al futuro, cohesionada por infraestructuras comunes, integrada no sólo económica sino políticamente, con instituciones parlamentarias y judiciales capaces de solucionar conflictos paralizantes como los enfrentan hoy a miembros de un mismo bloque.
Proponemos una Unión Sudamericana dotada de mecanismos de decisión democráticos de escala continental, que sean capaces de arbitrar los problemas regionales y de proveer al continente una estrategia sostenible de desarrollo que no acabe con sus democracias nacionales sino que confiera nuevo vigor a sus mejores principios. Creemos en una Unión Sudamericana con capacidad de decisión autónoma y a la vez integrada al resto del planeta, deseosa de abandonar el victimismo improductivo y de aprovechar las oportunidades que la mundialización está abriendo para los países en desarrollo. Soñamos con una Unión Sudamericana que no sea un mero nacionalismo ampliado a la escala regional ni un muro que separe a sus países del mundo, sino que se constituya como un puente hacia él. Y creemos también que la Argentina tiene un rol importante en su construcción, en la reforma democrática de la ONU y demás organismos internacionales, y en la progresiva creación de instituciones democráticas en el ámbito global.
En el campo institucional nacional la COALICIÓN CÍVICA se pronuncia por un verdadero federalismo fundado en un régimen de coparticipación equitativo que acabe con el chantaje y la cooptación de gobernadores provinciales, por la restitución al Parlamento y a la Justicia de su dignidad e independencia avasalladas, por una reforma política y del sistema de financiación de los partidos que impida la eterna reproducción del viejo orden político, por una reforma fiscal que acabe con la concentración de la renta y por la devolución de los poderes sustraídos al Parlamento y el fin del hiperpresidencialismo.
La Argentina ya ha tenido suficientes presidentes fuertes y no necesita otros sino una democracia republicana fuerte, regida por un nuevo contrato moral y ciudadano que garantice tanto la calidad institucional como la distribución social y geográfica de sus riquezas. Y cuando decimos contrato moral y ciudadano no hablamos de abstracciones sino que decimos derecho de todos a la alimentación y los medicamentos por encima de cualquier otra consideración; decimos ingreso ciudadano universal para la infancia y la tercera edad; decimos derecho a la protección de una justicia autónoma; decimos igualdad de oportunidades garantizada por el sistema educativo; decimos no discriminación; decimos derecho a una información y una comunicación independientes; decimos estado eficiente en la lucha contra las mafias narcotraficantes; decimos libertad de opinión, de credo y de conciencia; y decimos liberación del miedo y la opresión.
No comprendemos la polémica entre quienes creen que el problema de la seguridad se soluciona acabando con las injusticias sociales y quienes piensan que se arregla con un eficiente sistema policial y judicial, dilema tan fácil de solucionar poniendo una “y” donde los polemistas ponen una “o”. Estamos por una seguridad humana, es decir: por una seguridad que garantice el derecho a la vida pero que incluya además el acceso de todos a la salud, la vivienda digna, la cultura y la educación. Una seguridad humana que comience por el irrestricto respeto a la ley por parte de todos, comenzando por quienes gobiernan. Una seguridad humana en la que una protección eficaz de las fuerzas policiales no signifique gatillo fácil y en la que el derecho a la vida y a la tranquilidad de los unos y las garantías constitucionales de los otros tengan la misma dignidad.
Queremos una COALICIÓN CÍVICA que apunte a recuperar el Gobierno y el Estado para los ciudadanos, pero queremos también una transformación ética, republicana e igualitaria que vaya más allá del Gobierno y del Estado.
Por eso nos comprometemos a respetar en la COALICIÓN CÍVICA los mismos principios que proponemos para el país: proyectos a largo plazo que no sacrifiquen el futuro al presente; toma de decisiones colegiada, transparente y abierta al debate; modelo organizativo pluralista, horizontal y democrático que no excluya a la dirigencia política ni a los partidos pero que tampoco se limite a ellos, sino que promueva la inclusión plena de ciudadanos y organizaciones provenientes de todos los sectores de la sociedad civil.
Somos David contra Goliat y lo sabemos. Y sabemos también que fue David quien triunfó. Venimos de la política, de la cultura, de la religión, de las artes, de las ciencias, y del trabajo duro y del oscuro llano. Somos parte de un diálogo pluralista, intercultural e interreligioso de quienes piensan distinto pero mantienen una misma línea de conducta y un conjunto de principios no negociables ante el poder de quienes dicen pensar lo mismo pero están unidos solo por sus intereses económicos.
Exigimos nuestros derechos y aceptamos nuestras responsabilidades. No nos preocupa el poder corporativo ni sus ataques y amenazas sino el cinismo y el escepticismo de muchas de sus víctimas. Luchamos por un estado de derecho constitucional que sea algo más que letra muerta. Seguiremos dando batalla para que no haya reconciliación sin justicia pero también lucharemos para crear un escenario público en el que la manipulación de la Historia sea repudiada, para instaurar un sistema jurídico que proteja la paz y la verdad y castigue la violencia y la mentira, y para que no haya impunidad para nadie.
No combatimos con las armas del poder sino contra las armas con que el poder hegemónico tiene maniatada a una Argentina de la que dice ser el único capaz de gobernarla cuando en realidad es el único capaz de hacerla fracasar.
Invitamos a todos los habitantes del país preocupados por el actual estado de cosas a sumarse a nuestros esfuerzos. Superar las críticas a un sistema agotado para asumir la tarea de construir una alternativa democrática con ETICA, REPÚBLICA, DISTRIBUCIÓN del INGRESO y un NUEVO PARADIGMA DE DESARROLLO ECONOMICO y SOCIAL es el desafío que lanzamos hoy.
Mesas de la Coalición Cívica
Ética, República y distribución del ingreso son nuestros principios. Una ética entendida no sólo como lucha contra la corrupción sino como un contrato moral que comprometa a los argentinos contra las corporaciones que controlan la vida nacional, contra las matrices mafiosas que se han apropiado del estado y contra las prácticas clientelistas que erosionan la democracia y la justicia y quitan a los ciudadanos no sólo sus derechos sino su autonomía y dignidad. Una República entendida no solamente como movimiento abstracto de los mecanismos institucionales sino como garantía de poderes estatales responsables ante los ciudadanos y de una democracia sustantiva, basada en la representación y la participación y no en la delegación. Una distribución del ingreso que sea real y no sólo discursiva, que incluya el acceso a la educación y a la cultura y no dependa del asistencialismo clientelista sino que se base en los derechos universales de los ciudadanos y del pleno empleo de sus capacidades en el contexto de la sociedad del conocimiento y la información.
Ética, República y Distribución del ingreso son valores que no pueden ser alcanzados bajo los modelos de país ya fracasados. Para hacerlos realidad, es necesario un nuevo paradigma de desarrollo económico-social. Por eso no estamos por una versión más prolija del presente modelo autoritario y patrimonialista que traiga más de lo mismo, sino por un nuevo paradigma que supere las antinomias (campo o industria, autoritarismo o democracia, distribución o crecimiento, neoliberalismo o neopopulismo corporativo, setentas o noventas, república o justicia social) que durante la segunda mitad del siglo XX han llevado al fracaso a una nación escasamente poblada, educativamente avanzada y en la que abundan los recursos naturales. De los laberintos creados por las antinomias del pasado se sale por arriba, entrando de una buena vez al siglo XXI en el que la riqueza se produce y se distribuye de acuerdo a nuevos procesos y estructuras, tan lejanos de la devastación del territorio y la mentalidad extractiva como de la explotación del trabajo manual en una cadena de producción industrial.
La Argentina tiene excelentes ventajas comparativas en este terreno, el del futuro: el uso de un idioma que es el segundo más hablado del mundo, una apreciable capacidad creativa y de innovación de sus habitantes, numerosos núcleos de desarrollo tecnológico sobrevivientes a las debacles causadas por el sistema político, una tradición de excelencia en biotecnología, principal campo de desarrollo de la revolución científica, y un nivel cultural todavía elevado a pesar del maltrato al que ha sido sometida la educación en el país. Si los argentinos lográramos aplicar nuestra capacidad para generar información, conocimientos, emociones, diversidad cultural y comunicación a todas las ramas de la actividad económica y social -como han hecho hasta ahora sólo unos pocos sectores- el resultado sería una explosión de desarrollo económico y progreso social y no el vulnerable crecimiento sin mejora del perfil social y productivo al que asistimos hoy.
La COALICIÓN CÍVICA se expresa también a favor de la superación de la falsa opción entre las relaciones carnales y el aislamiento internacional.
Creemos profundamente en las enormes posibilidades que para sus habitantes puede abrir una Sudamérica orientada al mundo y al futuro, cohesionada por infraestructuras comunes, integrada no sólo económica sino políticamente, con instituciones parlamentarias y judiciales capaces de solucionar conflictos paralizantes como los enfrentan hoy a miembros de un mismo bloque.
Proponemos una Unión Sudamericana dotada de mecanismos de decisión democráticos de escala continental, que sean capaces de arbitrar los problemas regionales y de proveer al continente una estrategia sostenible de desarrollo que no acabe con sus democracias nacionales sino que confiera nuevo vigor a sus mejores principios. Creemos en una Unión Sudamericana con capacidad de decisión autónoma y a la vez integrada al resto del planeta, deseosa de abandonar el victimismo improductivo y de aprovechar las oportunidades que la mundialización está abriendo para los países en desarrollo. Soñamos con una Unión Sudamericana que no sea un mero nacionalismo ampliado a la escala regional ni un muro que separe a sus países del mundo, sino que se constituya como un puente hacia él. Y creemos también que la Argentina tiene un rol importante en su construcción, en la reforma democrática de la ONU y demás organismos internacionales, y en la progresiva creación de instituciones democráticas en el ámbito global.
En el campo institucional nacional la COALICIÓN CÍVICA se pronuncia por un verdadero federalismo fundado en un régimen de coparticipación equitativo que acabe con el chantaje y la cooptación de gobernadores provinciales, por la restitución al Parlamento y a la Justicia de su dignidad e independencia avasalladas, por una reforma política y del sistema de financiación de los partidos que impida la eterna reproducción del viejo orden político, por una reforma fiscal que acabe con la concentración de la renta y por la devolución de los poderes sustraídos al Parlamento y el fin del hiperpresidencialismo.
La Argentina ya ha tenido suficientes presidentes fuertes y no necesita otros sino una democracia republicana fuerte, regida por un nuevo contrato moral y ciudadano que garantice tanto la calidad institucional como la distribución social y geográfica de sus riquezas. Y cuando decimos contrato moral y ciudadano no hablamos de abstracciones sino que decimos derecho de todos a la alimentación y los medicamentos por encima de cualquier otra consideración; decimos ingreso ciudadano universal para la infancia y la tercera edad; decimos derecho a la protección de una justicia autónoma; decimos igualdad de oportunidades garantizada por el sistema educativo; decimos no discriminación; decimos derecho a una información y una comunicación independientes; decimos estado eficiente en la lucha contra las mafias narcotraficantes; decimos libertad de opinión, de credo y de conciencia; y decimos liberación del miedo y la opresión.
No comprendemos la polémica entre quienes creen que el problema de la seguridad se soluciona acabando con las injusticias sociales y quienes piensan que se arregla con un eficiente sistema policial y judicial, dilema tan fácil de solucionar poniendo una “y” donde los polemistas ponen una “o”. Estamos por una seguridad humana, es decir: por una seguridad que garantice el derecho a la vida pero que incluya además el acceso de todos a la salud, la vivienda digna, la cultura y la educación. Una seguridad humana que comience por el irrestricto respeto a la ley por parte de todos, comenzando por quienes gobiernan. Una seguridad humana en la que una protección eficaz de las fuerzas policiales no signifique gatillo fácil y en la que el derecho a la vida y a la tranquilidad de los unos y las garantías constitucionales de los otros tengan la misma dignidad.
Queremos una COALICIÓN CÍVICA que apunte a recuperar el Gobierno y el Estado para los ciudadanos, pero queremos también una transformación ética, republicana e igualitaria que vaya más allá del Gobierno y del Estado.
Por eso nos comprometemos a respetar en la COALICIÓN CÍVICA los mismos principios que proponemos para el país: proyectos a largo plazo que no sacrifiquen el futuro al presente; toma de decisiones colegiada, transparente y abierta al debate; modelo organizativo pluralista, horizontal y democrático que no excluya a la dirigencia política ni a los partidos pero que tampoco se limite a ellos, sino que promueva la inclusión plena de ciudadanos y organizaciones provenientes de todos los sectores de la sociedad civil.
Somos David contra Goliat y lo sabemos. Y sabemos también que fue David quien triunfó. Venimos de la política, de la cultura, de la religión, de las artes, de las ciencias, y del trabajo duro y del oscuro llano. Somos parte de un diálogo pluralista, intercultural e interreligioso de quienes piensan distinto pero mantienen una misma línea de conducta y un conjunto de principios no negociables ante el poder de quienes dicen pensar lo mismo pero están unidos solo por sus intereses económicos.
Exigimos nuestros derechos y aceptamos nuestras responsabilidades. No nos preocupa el poder corporativo ni sus ataques y amenazas sino el cinismo y el escepticismo de muchas de sus víctimas. Luchamos por un estado de derecho constitucional que sea algo más que letra muerta. Seguiremos dando batalla para que no haya reconciliación sin justicia pero también lucharemos para crear un escenario público en el que la manipulación de la Historia sea repudiada, para instaurar un sistema jurídico que proteja la paz y la verdad y castigue la violencia y la mentira, y para que no haya impunidad para nadie.
No combatimos con las armas del poder sino contra las armas con que el poder hegemónico tiene maniatada a una Argentina de la que dice ser el único capaz de gobernarla cuando en realidad es el único capaz de hacerla fracasar.
Invitamos a todos los habitantes del país preocupados por el actual estado de cosas a sumarse a nuestros esfuerzos. Superar las críticas a un sistema agotado para asumir la tarea de construir una alternativa democrática con ETICA, REPÚBLICA, DISTRIBUCIÓN del INGRESO y un NUEVO PARADIGMA DE DESARROLLO ECONOMICO y SOCIAL es el desafío que lanzamos hoy.
Mesas de la Coalición Cívica
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